Buñuelos de calabaza

Escrito por: Edgar Cruz Delgado

La gastronomía queretana es variada, deliciosa y extensa. Lo que se come en la ciudad no es lo mismo que los habitantes de la Sierra Gorda consumen ni lo que los hñahñú de Amealco o Villa Progreso sirven en sus fiestas. Y aunque en cada lugar se aprovechan los recursos que el entorno provee, los ecosistemas, culturas y pueblos son tan diversos que las ollas se llenan de sabrosos guisados con ingredientes que se aderezan con elaboradas salsas, se saltean en cazuelas de barro y se sirven en platos elaborados por artesanos.

Puede que nuestra cocina tradicional no sea tan conocida como las de otros lugares, pero esto nos da la ventaja de que cada vez que vemos en nuestras mesas nuevos platillos nos sorprendan y nos dejen con un muy buen sabor de boca.

Recetas antiguas con sabores conventuales, platillos que narran la historia de su pueblo, antojitos que recuerdan fiestas y rituales o guisados con sabor familiar que nos hacen recordar lo maravilloso que es nuestro estado y lo rico que es vivir en él.

¡Recorrámoslo a través de sus sabores y descubramos a qué sabe Querétaro!
 

Buñuelo de calabaza

Santiago Mexquititlán es un pueblo pequeño y apacible al sur del estado. Sus calles, aun rústicas y de piedra, son testigos de la vida diaria hñahñú que parece mezclarse con la cotidianeidad de su entorno: oyendo hablar español y otomí en una misma conversación, siendo sorprendido por las bellas faldas y blusas bordadas a mano de las indígenas o disfrutando de la quietud que el campo queretano ofrece.
En medio de milpas, comales y fogones, los otomíes han creado recetas únicas no solo como manera de subsistencia sino también como un reflejo cultural y de creatividad que se puede saborear en cualquiera de sus mesas. Dentro de estos originales platos existe uno que se prepara a final del año, justo después de la temporada en que las calabazas de castilla llenan de color los sembradíos amealcenses. Esta hortaliza, tan recurrente en los festejos de Día de Muertos o Santos Difuntos, gusta elaborarse en “tacha” o dulce durante octubre y noviembre, pero cuando alguna llega a diciembre es momento de incluirla dentro de los buñuelos de calabaza.
Este postre se elabora casi exclusivamente para el 12 de diciembre, las posadas y Navidad, aunque si fuera de la temporada se encuentra una calabaza también se pueden preparar ya que, más que del gusto de las cocineras, los buñuelos dependen de la temporada de cosecha. Es importante resaltar que solo la especia “de castilla” puede utilizarse para la receta pues su textura es pastosa, consistente y contiene la cantidad de agua específica; suplirla por otro tipo aguadaría en exceso la masa. Puede degustar estos buñuelos con café de la olla o atole negro ¡Es un excelente remedio en contra del frío! (y el antojo también)

Receta

La masa de los buñuelos no debe trabajarse en exceso o se vuelven chiclosos por lo que si al incorporar los ingredientes no le queda una masa consistente puede añadir más agua o harina para formarla pues la humedad que transmite la pulpa de calabaza puede variar.

En Santiago Mexquititlán no espolvorean los buñuelos con azúcar pero si gusta agregarles más dulzor hágalo, o acompáñelos con miel de piloncillo.