Alameda Hidalgo
En PANORAMA
Concebida a principios del siglo XVIII como un espacio público de esparcimiento —donde la gente pudiera «desahogarse de sus fatigas», como recuerda el historiador Edgardo Moreno que el corregidor J. Ruiz Calado informó al virrey—, la Alameda Hidalgo es un punto neural de Querétaro y una importante área verde en el centro (la principal fuente de renovación de aire de la zona), flanqueada por dos de las vías principales de la ciudad. Fue incluida en la Declaratoria de Patrimonio de la Humanidad, y al día de hoy, con sus calzadas, su kiosko y sus más de mil árboles (pinos, ficus, jacarandas y fresnos, entre otros), sus casi nueve hectáreas siguen cumpliendo con esa función de recreación, siendo un sitio ideal para pasear. En su centro, una estatua de bronce de don Miguel Hidalgo y Costilla da nombre a este parque público, desde que el 16 de septiembre de 1897 fuera inaugurada por el entonces gobernador del estado. A lo largo de sus siglos de historia, en ella han paseado buena parte de los queretanos y visitantes, incluido el compositor José López Alavés, quien en 1915 y a la sombra de sus árboles fuera invadido por una intensa nostalgia por su natal Oaxaca que lo llevó a componer la célebre «Canción mixteca». Qué lejos estaba del suelo donde había nacido.