Barrio de San Francisquito
En Centro Histórico
Por Fernando Villegas
Con la fundación de Querétaro en 1531, comienza la agrupación de los indígenas en nuevas zonas, uno fue el Barrio de La Cruz y otro fue el Barrio de San Francisquito, a las faldas del Cerro de Sangremal. Con la organización que se iba teniendo de las nuevas regiones conquistadas, los barrios eran llamados de acuerdo al santo patrono que era colocado en la iglesia de esa zona.
El nombre de San Francisquito se le dio debido a San Francisco de Asís, sin embargo se le llamo en forma diminutiva para diferenciarlo del Convento Grande de San Francisco, que está en el corazón de la ciudad, además de que en forma diminutiva se le llama a las cosas que son entrañables para los habitantes. A pesar de esto, hay un fuerte arraigo de los habitantes con la danza de los concheros, que celebran cada 14 de septiembre a la Santa Cruz de los Milagros; a tal grado que ahí se encuentra uno de los llamados “cuarteles” de concheros.
Durante la época colonial, este barrio contó con una de las fuentes del nuevo sistema de repartición de aguas en el siglo XVIII, para que sus pobladores pudieran disfrutar y disponer de este vital líquido. Y fue en el mismo siglo cuando se construye la capilla de La Divina Pastora, ya que esta advocación de la virgen iba ganando feligreses en el barrio.
El Barrio de San Francisquito está dividido del Barrio de La Cruz y del Centro Histórico por la avenida de Zaragoza, por ello se ve apartado de la afluencia turística que gozan las demás zonas céntricas. Sin embargo, en este barrio podemos encontrar diversos atractivos que se pueden visitar, uno de ellos es la iglesia colonial de La Divina Pastora, en ella se puede observar un estilo barroco sobrio y la imagen de esta virgen.
En la actualidad, la propia personalidad del barrio ha hecho que año con año el 21 de marzo –nombre de su calle principal- se celebre el comienzo de la primavera, con eventos deportivos como fútbol o lucha libre, y culturales con la presentación de bandas locales. Los dulces tradicionales que se hacen a las orillas de este barrio son otro de los atractivos que se pueden visitar, para conocer más sobre las tradiciones queretanas y degustar una parte de la gastronomía que este lugar ofrece.