La tradición del Altar de Muertos

En nuestro país, contamos con una gran variedad de tradiciones que han permanecido a través de los años por generaciones y una de ellas es poner una ofrenda en los primeros días de Noviembre en honor a aquellos familiares y amigos cercanos que fallecieron. Se cree que esta actividad simbólica está desde los pueblos mesoamericanos, donde pensaban que la persona al fallecer continuaba su vida en otro mundo. 

Los altares varían mucho dependiendo de la representación que se le quiera dar y los elementos que la persona quiera poner, normalmente, la altura consta de siete niveles y en cada uno de ellos podemos encontrar lo siguiente:

En el nivel uno encontraremos la fotografía del Santo o la Virgen en el cual sean devotos y se ubica hasta arriba del altar. En el nivel dos se ponen los cirios o veladoras para las ánimas del purgatorio para poder alumbrar su camino, así como vasos de agua ya que llegan sedientos de su largo viaje y un espejo, todo esto en señal de duelo. En el nivel tres la sal se coloca para que el espíritu de los niños se purifique y no se corrompa el viaje.

A mitad de la ofrenda en el nivel cuatro, el pan de muerto sirve como un alimento para las almas que llegan a nuestro hogar, así como en el nivel cinco donde se ponen también las comidas y las bebidas preferidas del difunto que gozaba en vida. No olvidemos que en la parte del nivel seis es donde se deben ubicar las fotografías de nuestros difuntos para recordarlos. Para finalizar, en el nivel siete se debe de formar una cruz formada por semillas o frutas, esto para que el difunto pueda purificar sus culpas. 

Otros elementos que no pueden faltar son las flores de cempasúchil, que son sin duda un gran representativo de México, así como calaveritas de azúcar, el copal, papel picado, petates y juguetes (en el caso que sea un altar dedicado a los difuntos más pequeños). 

Deja llevar tu creatividad y no olvides crear un hermoso altar de muertos para honrar a tus seres queridos.