Querétaro, estado de tradiciones
En EDITORIAL
Se puede sentir a lo largo del estado, Querétaro expresa su herencia cultural en renovadas fiestas: desde las Fiestas de Febrero en Corregidora; pasando por el Concurso Nacional de Huapango que engalana San Joaquín o los recibimientos prehispánicos de la Primavera en Bernal; hasta la temporada de vendimias que (aunque nueva tradición) se ha arraigado como componente turístico ineludible; sin olvidar la Procesión del Silencio o el Vía Crucis, testigos vitales de un pasado y presente de espiritualidad viva y cotidiana.
Desde los detalles de su fundación, a través de una conquista inusualmente pacífica; la construcción de su Acueducto – cargada de leyendas de un romanticismo a posteriori – Querétaro se puede recorrer, también, a través de su historia. Basta con alojarte en una de sus haciendas para imaginarte sin dificultad la vida en tiempos coloniales y el paso de las carretas, cargadas de bienes, por el Camino Real de Tierra Adentro.
Toma esta riqueza histórica como una ventaja adicional de vivir en Querétaro y sigue con curiosidad las representaciones de un pasado indígena que sigue manifestando sus raíces otomíes y chichimecas, nahuas y tarascas; y te deja admirar las expresiones resultantes de una identidad criolla propia de la región.
Este mes reflexionamos y pasemos por algunas tradiciones que van abriendo el año, pensamos en la Sierra Gorda como otro Patrimonio que nos tocará cuidar, y escuchamos a la Banda del Estado que cuenta el legado queretano desde la música.