Barrio de La Cruz
En Centro Histórico
Por Fernando Villegas
El origen del barrio de La Cruz, es tan antiguo como la misma fundación de Querétaro. Desde el 25 de junio de 1531, los indígenas que se encontraban dispersos por el territorio queretano fueron reagrupados y colocados en nuevas zonas; una de ellas fue el Cerro del Sangremal. En este lugar, cuenta la leyenda, fue donde se dio la batalla entre españoles e indígenas, la cual terminó con la aparición del Apóstol Santiago, un eclipse y una cruz de luz.
Este último aspecto fue el que marcó el nombre que llevaría el barrio, debido a que los indígenas pidieron que en ese lugar se hiciera una cruz. La cual en un principio fue de madera, pero fue remplazada por una de cantera, siendo colocada en el templo del Calvarito, uno de los primeros espacios religiosos en Querétaro. Un tiempo después, esa cruz de cantera sería llevada a un templo más grande, no lejos del Calvarito: el Convento de La Cruz, el cual fue construido en el siglo XVII, una vez comenzadas las tareas de evangelización por la orden franciscana.
Durante la época colonial, La Cruz -así como el templo y convento que se encuentra ahí- tuvo una función primordial durante el nuevo sistema hidráulico que se construyó en la ciudad y que ayudaría a repartir el agua a la población, colocando dos fuentes: una fuera del convento y otra en la que hoy se conoce como Plaza Fundadores.
El Barrio de la Cruz es uno de los barrios tradicionales en la Ciudad de Querétaro, y se caracteriza por continuar realizando actividades heredadas por sus primeros pobladores, tales como los Danzantes Concheros en el mes de septiembre, un símbolo no sólo de este lugar, sino también de todo el territorio queretano.
Hoy en día, parte de este tradicional barrio de La Cruz es considerado como Zona de Monumentos Históricos de Querétaro, reconocido por la UNESCO desde 1996. “La Cruz” es testigo del paso del tiempo, desde el inicio de una gran ciudad pasando por todas las trasformaciones que los contextos locales y nacionales le hicieron. Un barrio que no pierde sus tradiciones.