El infierno llegará el lunes Fernando de Ita
En Cultura
Yo vi nacer a esta criatura con el nombre de Muestra Nacional de la Joven Dramaturgia Mexicana. La vi crecer y convertirse en la plataforma de los autores dramáticos del siglo XXI. Buena parte de los escritores que ahora son los referentes de las nuevas generaciones de cómicos pasaron por estas tablas. Aquí se instauró la tercera rebelión en contra del centralismo cultural (a partir de Óscar Liera), poniendo el foco de atención en las obras, los grupos, los actores de la santa provincia mexicana. Este jolgorio me regaló la hermandad de Luis Enrique Gutiérrez Ortiz Monasterio, el cariño de Alejandra Serrano, la amistad de Manuel Naredo y Patricia Estrada.
Les advierto a los jóvenes que llegan por primera vez a este convivio que van a pasar una semana de privilegio. El hotel y la comida están cubiertos y no son malos, los maestros que darán los talleres son Clase Premier y verán un puñado de montajes en progreso de diversos teatros del país.
Es el paraíso de la gente de teatro. El infierno llegará el lunes, cuando regresen a la batalla de ser algo, alguien, no solo en el mundo del teatro, sino en el mundo a secas.
Pero tal vez lo que absorbieron esta semana les sirva para dar un paso más hacia el escenario, que
es la tierra prometida de la gente de ficción que somos la gente de teatro. Entre los muros de este museo, dando y recibiendo enseñanzas, en esta toma y daca, aprendí que ya no cabe en el canon el teatro de nuestro tiempo. No es que hayan cambiado mucho las dudas esenciales del ser humano entre las nuevas generaciones, pero sus respuestas a esa angustia son muy distintas, y se expanden.